miércoles, 9 de marzo de 2011

Para Claudio

Scalabrini Ortiz. Espero. Hace calor, en el subte. Los trenes a Catedral demoran. A Congreso, también.
Sandalias rojas. Ojotas azules. Zapatillas blancas. Otra vez sandalias, ahora marrones con tachuelitas. Uñas pintadas de verde.
Con ojos negros me mira el niño. Me mira hasta el fondo, sin pestañear. Boquiabierto, estático y triste, me mira. Una galleta empezada se le desmiga húmedamente en la mano. Hay una seriedad estancada en el vagón. El tiempo pasa con dificultad. Las puertas se abren y se cierran, a espaldas de mí.


En Cabildo también espero. Espero al 152. Vienen tres 168 seguidos. Comienza a lloviznar y se pegotea en las vidrieras el típico bochorno porteño. Huele a pizza lejana, algo grasienta. La humedad se me abotona estrechamente, como un vestido de lana, o de plástico. Pasa el quinto 60, que siempre tiene la parada en otro lugar y nunca sé a dónde va. Pasan bandejitas del Burger King con varios vasos de cartón en precario equilibrio. Del Farmacity no deja de entrar y salir gente. Un Nolotil, preservativos por si acaso o un desodorante de urgencias. Un señor calvo pide algo para los piojos.


Me distraje y casi pierdo el colectivo. Subo con un pequeño salto mortal y me aferro a la máquina de monedas. El peso rueda por el suelo y alguien me maldice para sus adentros.


Tu crema deja mucho polvillo? Comida china delivery. Venta directa de fábrica. Choripan, milanesas, pepsi. En tu trabajo exigí estar en blanco. Quilmes fría desde el primer al último trago. Abogados, despidos, accidentes. 
Valerie, depilación con cera negra. Pastas frescas el huevo de oro. Western Union. Jesucristo es el señor, iglesia universal del reino de dios. Parrilla el cocacolero.


La farola. Freddo. Moratto helados, café. Aberturas, puertas, portones. Flamingo. Itaú. Blockbuster video. Bombonería Viegener. Farmacia Schwartz. Coto. Piruchitas. Pizzería Víctor. Disco. Dionisius. Mama Masa...


Mientras llego, justo en el preciso momento en que pego el saltito y fuerzo el tobillo entre el colectivo que se impacienta y el cordón de la vereda que me esquiva, el camino comienza a desdibujarse en la noche, como una acuarela bajo la lluvia.


(FOTOS & TEXT: Petra Steinmeyer)

2 comentarios:

  1. Qué honor ! después del poeta Osmar Bondoni, creo que es la segunda vez que me dedican algo escrito !

    Un viaje lleno de sabores, luces y recuerdos. Y de realidad como la mirada triste de aquél niño.
    Y qué gracioso lo del 60, en efecto, es como Dios, está en todas partes y en ninguna.
    La pizzería Victor, patriarca de la fugazzeta rellena!!

    Lo sorprendente es que tu viaje empezó en Scalabrini Ortíz (la famosa ex-Canning), y de alguna manera el mío también, allá por 1984 cuando con un grupo de amigos y amigas de la facultad empezamos a incursionar en el psicoanálisis llenos de ilusiones y entusiasmo.

    Gracias.
    Claudio Steinmeyer

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  2. qué paseo nos has dado... gracias

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